Llega agosto, el calor se vuelve insufrible y el curso termina. Seguramente estés en el sprint final de verano por cerrar todas las 💩 y que nadie tenga la tentación de llamarte mientras disfrutas de una cerveza bien fría frente al mar. No estás solo.
Este año también he podido participar en la educación formal de mi hija mayor dando una clase sobre toma de decisiones en pequeños, no tan pequeños y leones (¡un éxito!). El artículo sobre la normalidad en la cocina como ejemplo de calamidades en los fogones amenizó el mes de marzo con más de una carcajada (muy recomendable).
Por último hablamos sobre fe y compañías (tan necesario cuando empiezas un proyecto con máxima incertidumbre) para terminar el curso con algo que casualidad o no, me propuse: Invitar a otros emprendedores y gente de la comunidad emprendedora no habitual a compartir su historia.
Conversaciones super interesantes, llenas de realidad y experiencia (de la que cuesta encontrar en el mundo de emprendedores lleno de brilli-brilli que diría mi hija…). Un éxito personal que me ayuda a crecer y nos enriquece de otras experiencias. A todos, gracias por dejarnos lo más importante de tenemos, vuestro tiempo.
Personalmente este final de curso está siendo un gran reto. El próximo curso se presenta más interesante que el anterior. A nivel personal, la familia no para de crecer, y si el año pasado celebramos el nacimiento de mi segundo hijo (esperado y muy buscado, ¡gracias ciencia!), este noviembre esperamos el 3o (🙈) así, sin preguntar, sin que nadie le esperara, SURPRISE! (Por suerte sólo es uno 😅). Un nuevo churumbel a la familia 🥳. Pasar de 1 a 2, a nivel logístico es asumible. Reutilizas todo, apilas niños en literas y vuelves a no dormir. Previsible, “fácil”, “joder, ya tienes práctica…”. Pero el tercero… requiere de cambios logísticos destacables. Recuerda amigo, no tienes 3 brazos 😜. Vivir en Barcelona no es tarea fácil para una familia numerosa. Por lo que a un embarazo, le sumas una mudanza y la compra de una nueva morada a tipos de interés crecientes sin control... Se puede convertir en una gran 🎢 de hormonas, estrés y paciencia. Cuando consigamos cerrar la operación quizás escriba sobre el sector inmobiliario desde la perspectiva del comprador. Hay mucho en lo que mejorar... el coche, bueno, ese proceso logístico lo tengo retrasado hasta que nazca 🤣.
A nivel profesional, persistencia, insistencia y consistencia. Nuestra guía. Lo que se traduce en liderar, mejorar procesos, escalar un negocio que aporta valor al mercado y donde los clientes valoran el esfuerzo de todo el equipo. Es gratificante, que no exento de sufrimiento y trabajo duro a partes iguales. Qué le haremos… nos va la marcha!
Cómo decía Ken Morse, un gran profesor que tuve el placer de tener, hemos de pensar como alcanzar el Total World Domination, y eso son mínimo 10 años de trabajo decía... La próxima semana hacemos 8 años en SmartMonkey, y las cosas empiezan a ponerse interesantes. Veremos qué nos trae el curso 23’-24’, seguro qué alguna sorpresa interesantes, de eso no tenemos duda.
Es momento de cerrar asuntos. Queda una semana final decisiva y unas vacaciones que todos necesitamos. El éxito es relativo, es una medida variable (y que defines por comparación), lo importante es el proceso. El proceso dice que hay que parar por salud física y mental. Toca parar, romper con el proceso diario y hacer cosas diferentes. En mi nuevo club de lectura nos han propuesto leer Range, donde explica como los generalistas triunfan en un mundo hiperespecializado. Mi intuición me dice lo mismo, pero el mundo apunto en el otro sentido y por las primeras 20 páginas, se van confirmando. Ya os contaré, ahora tengo trabajo. Así que, buenas vacaciones.
Xavi
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Historias de emprendedores: Carlos Martinez & Enjoyers
Hoy toca hablar de una gran historia y un gran emprendedor. Para mi un emprendedor es aquella persona capaz de hacer lo que verdaderamente le mueve. Inconformista, con la energía para hacer lo que otros no son capaces, mover la aguja. En mayoría de casos, eso significa arriesgar. Retar al status quo.
Reta también tu propio status quo y suscríbete a la newsletter. Historias, emprendedores y ¡Mucho más!
El caso de Carlos Martinez, CEO de Enjoyers, es un claro ejemplo de que el status quo en muchas ocasiones está más cerca de lo que nos imaginamos. Es muy posible que te sientas identificado con Carlos. Pero no todo el mundo tiene el coraje que ha mostrado él, incluso puede que llegues a pensar que tomó una mala decisión (Cuestión de valores, seguramente). Pero de toda la conversación, me quedo con una reflexión muy interesante: El éxito, es un concepto personal, y tú (y sólo tú) decides qué significa para ti éxito.
Cuando ese concepto entra en conflicto, es cuando aparecen los problemas (y gordos). ¿Me acompañas a ver el detalle? El diablo siempre se esconde en los detalles decía un amigo abogado… (Recomendación: ten uno de bueno bien cerca, siempre)
Una historia de éxito y fracaso
Esta historia empieza con un fracaso. Y es que yo no conocía a Carlos, pero su post en Linkedin me llamó la atención. Era una carta de despedida. Un postmortem al estilo Bonilla sin más objetivo que dar las gracias a todos los que habían confiado en él y su proyecto durante tantos años (y de paso limpiar almacén imagino… 😉)
¿Pero donde empieza todo? Carlos empezó a estudiar farmacia, por tradición familiar (su madre tenía en propiedad una farmacia). Veremos cómo de importante es esa tradición y la tradición farmacéutica en este país no es baladí.
El santo grial de todo negocio, barreras legales fuertes de competencia, mercado y demanda asegurada y población cada vez más dependiente de las medicinas, ¿Qué puede salir mal para no hacer 💸? (Pero este análisis lo dejaremos para otro día…)
El tema es que eso de la farmacia, no era lo suyo. Llegó tercero y la cuesta era demasiada empinada para terminarla. No era lo que quería hacer con su vida. Decidió salirse del camino y emprender.
Todo empezó a tomar forma al ganar un premio en un curso de emprendimiento con la mejor idea de negocio de la Universidad Complutense. Mapas rascables (Imagino la cara de su madre al ver que elegía un cartón que se rasca a una farmacia 🙈, la conversación no debió ser fácil).
Poder de descubrir que eres un pequeño viajero de un gran mundo.
Encontró un filón y se lanzó a explotarlo. El apasionante mundo de empezar un negocio. Llegó a comercializar en grandes cadenas como El Corte Inglés o Fnac, incluso empezó con su propia tienda online. Los principios obviamente siempre son difíciles, y la farmacia de su madre sirvió como primer almacén. 2018 primera ronda, 4 personas y almacén propio. Marzo 2020 segunda ronda. Pandemia.
El 80% de las ventas B2B, grandes superficies, mapas y pandemias. Podéis imaginar que el futuro era poco esperanzador. ¿Quién pensaba en viajar, si no sabías si vivirías al día siguiente? El negocio requería de reinvención. El canal tradicional había dejado de funcionar y tocaba moverse al online. Tocaba D2C (Direct2Consumer). Uno no pivota tan rápido ningún negocio y esos cambios generan un estrés y un agotamiento importante.
Estamos a finales de 2021. Carlos decide que necesita dar un paso al lado. Y entre él y sus socios acuerdan poner a otro CEO al mando. La cosa no funciona. No puedes reemplazar un fundador y esperar que todo fluya. No dura más de 3 meses. Entre medias, la familia decide vender la farmacia. Carlos tiene la obligación familiar de liderar la venta. No había querido seguir el negocio familiar, no podía aceptar un mal trato, la pensión de su madre estaba en juego.
Habían recuperado el negocio pre-pandemia, pero la compañía no crecía a todo lo que los socios querían y el fundador no tenía la energía para continuar. Se decide vender el negocio. Encuentran comprador y les informan que tienen 1 mes para salir del almacén. Todo fluye, todo debía terminar en éxito. Hay día de firma en el notario. Se respiraba en el ambiente que se cerraba una etapa.
Se retrasa la firma.
La venta se cae.
El comprador se tira para atrás.
Decides cerrar ordenadamente y dar las gracias.
No salió como uno esperaba.
Publicas en Linkedin para liquidar stocks y dar punto y final.
El mundo te sorprende y terminas encontrando otro comprador en el último segundo y tu legado perdura en el tiempo.
Has tenido que oír “Te lo dije” y eso te ha dolido, pero el mundo te ha dado la oportunidad de hacer tu propio camino y tener tú éxito.
Sabes que no será el último, pero ahora quieres dedicarte a ayudar a otros.
¿Qué te llevas Carlos?
Nunca sabes donde está la oportunidad. Las cosas más random pueden cambiarte la vida.
Aprende cada día y cada día mejorarás tus decisiones en base a ese aprendizaje
La suerte siempre te pilla trabajando.
¿Ego o orgullo?
He hecho muchas cosas por ego, incluso cosas que van en contra de mis valores. En ocasiones uno tiene la percepción que debe demostrar al mundo que realmente es capaz de alcanzar ciertas cosas. Tenemos en la cabeza que levantar una ronda es signo de éxito. Y hasta que lo consigues.
Salir en Forbes será un exitazo de la hostia. Y luego te das cuenta que tenías que haber estado trabajando en un producto de la hostia.
El ego en ocasiones da mucha energía para trabajar duro, pero en muchas ocasiones termina por quemarte y hace que todo sea un sprint, cuando estás en una carrera de fondo.
Lo más importante, estaba creando algo que estaba en contra de mis valores. Estaba creando una compañía que no tenía impacto en la sociedad. No cambiaba la vida a nadie y eso era algo que no me motivaba. Sin motivación te quemas y abandonas.
¿Cómo afectó el negocio familiar?
Trabajar en la farmacia, 8 horas al día, cada día, dispensar aspirinas y antigripales no era lo que quería hacer los próximos 50 años. No era una opción volver a la farmacia. La relación familiar del “Te lo dije” fue difícil.
No decepcionar a tus padres, que han trabajado duro para pagarte unos estudios y renunciar a ese camino que tenían preparado para ti es duro. Genera estrés y resentimiento, sobre todo cuando las cosas no salen como uno esperaba.
Comentarios del entrevistador
Esta historia nos lleva al dilema del éxito. Nuestros padres no tienen el mismo concepto de éxito: Un trabajo seguro, un camino conocido, una buena jubilación y un retiro tranquilo (👋🏼 pensiones).
Ese conflicto genera tensión y estrés. Los jóvenes tienen otros valores, gastan diferente a sus padres y esperan otras cosas del trabajo y la vida. Ya hablé de estos temas en el artículo sobre incentivos y la motivación: Milenials, el mundo real y Brain citromatic. Este es un buen ejemplo de como las generaciones cambian y como esos cambios generan grandes historias, momentos de sufrimiento y lucha. Carlos no es el único, seguro que hay cientos o miles de historias como la suya.
La pregunta es cuantas de esas historias no terminan bien y entierran la semilla del emprendedor para siempre y como sociedad perdemos grandes oportunidades de progresar. Es raro triunfar a la primera. Este país no toleramos el fracaso y la percepción de la sociedad frente al empresario desincentiva al riesgo. Seamos todos funcionarios, viviremos mejor. A diferencia de lo que pregonan algunos políticos, las empresas generan valor para la sociedad. Dan trabajo y sobre todo, generan IMPUESTOS (MUCHOS en este país…).
Amigo político, si casualmente lees estas líneas, cambiar la percepción del empresario en la sociedad hará que haya más empresas, más impuestos y tengas más presupuesto para gastar en rotondas y fiestas populares (sabemos que a mayor fiesta, más votos 😜). Hazlo por ti, hazlo por todos, apadrina un empresario 😅.
Por suerte, el concepto de empresaurio está en extinción. Al igual que las nuevas generaciones, nuevos empresarios aparecen y deciden invertir su tiempo, esfuerzo, y sobre todo, dinero en proyectos que valgan la pena. Los empleados del mañana, tienen claro a qué empresas quieren trabajar. El resto, simplemente terminarán agonizando por la falta de capital humano y de mercado. Estaremos atentos a tus nuevos proyectos Carlos. Mucha suerte.
El éxito no será fácil, “Te lo dije” (Con un cubata 😎)
Hoy hablaremos en un nuevo formato de entrevista. Pensamientos cuajados en una voz conjunta y consensuada. Fusión de ideas y retroalimentación mutua. Espero que lo disfrutes tanto como nosotros!
Hoy hablaré de la interesante conversación que he podido compartir con Ignasi Vegas, actualmente CTO de Cubbo. Un gran emprendedor con el que compartimos sector, liderazgo y conversaciones por la red socia del pájaro sobre temas diversos. Hoy encontrarás un seguido de ideas y reflexiones sobre emprendedores, liderazgo y ego entre otras. Pensamientos cuajados en una única voz conjunta y consensuada. Esperamos que puedan ayudarte a reflexionar y quizás te puedas sentir reflejado en alguna.
Recuerda que nos encantará compartir tus reflexiones y tu punto de vista, te esperamos en @ignavegas y @enedebe
¿Dónde empezó todo Ignasi?
Todos tenemos un pasado, Ignasi empezó estudiando una FP, esos estudios con tan poco valoramos en nuestro país que menospreciamos a diario, cuando otros, como Alemania, importa talento sin control de todas las latitudes posibles.
En ocasiones, uno se siente la necesidad de más, y eso le ocurrió a Ignasi. Acabó estudiando ingeniería informática y tuvo la gran oportunidad de poder cursar el último año en Estados Unidos. Allí aparecieron interesantes oportunidades, como poder ser de los primeros trabajadores de una startup hasta un tiempo después terminar conociendo su esposa.
¿Qué aprendizajes te llevas al pasar por varias startups?
Hay cosas obvias que todos sabemos, leemos, pero nunca terminamos de aplicar. Por más que se repita (y estás lineas no serán la excepción). Todo ingeniero tiene la falsa creencia que es más rápido y barato implementar una solución, que intentar validar si el potencial cliente tiene verdaderamente ese problema, y menos aun, cuál sería la mejor forma de solucionarlo.
Siempre digo (después de mucho sufrimiento) qué en ocasiones, (y no pocas) la baja tecnología gana de calle a la alta tecnología. Es más sencilla de aplicar, más rápida de implementar y la ganancia de la automatización es tan marginal, que ni compensa la inversión, ni se tienen los conocimientos para llevarla a buen puerto. Quedan pocas low-hanging fruits evidentes, pero aún queda mucha fruta por recoger. Cada día crecen árboles y bosques nuevos que explorar.
¿Cuál es el motivo de este comportamiento?
Años de carrera preparándote, examen tras examen, a resolver problemas perfectamente definidos. Nadie ponía en duda el problema propuesto. Nadie pensaba fuera de la caja. Hacías lo que te pedían. Tu trabajo como proto-ingeniero es encontrar una solución al problema propuesto por el profesor. Pero la vida real es bastante distinta. En una situación de máxima incertidumbre, quizás el problema no es evidente a simple vista. Y es que, (cómo ingenieros), nos sentimos más cómodos tratando de dar respuesta con lo que conocemos. Por el contrario, salir, hablar con el cliente, tratar de empatizar con esa persona, significa salir de la zona de confort, hacer algo para lo que uno no ha tenido formación. Hablarle a un extraño da miedo.
Un interesante libro que acabo de conectar con toda la conversación es el de Small Data, en el que viene a explicar cómo en la era del big data, los mejores insights, se consiguen de hablar con la gente y no retorciendo datos.
Cómo todo ser humano, estamos plagados de sesgos cognitivos. He buscado en la enciclopedia de sesgos cognitivos de Joan Tubau, y creo que el sesgo que mejor representa este comportamiento es el de ilusión de validez. Que dice algo así:
Sobreestimamos la capacidad de predecir el futuro analizando una secuencia de datos pasados, ignorando que, en la teoría del caos, pequeñas variaciones todo lo cambian. Vivimos tranquilos en un mundo que podemos explicar. Aunque solo sea una fachada.
Estoy convencido que el 99,9% de las startups que fracasan por haber desarrollado algo que nadie quería leer esta definición les haría recapacitar, profunda y amargamente.
Esto me recuerda también a más de un responsable logístico dónde aseguraba que su día a día era exactamente igual, hasta que los datos (obviamente) decían todo lo contrario…
¿Qué ocurre cuando empiezas a crecer?
Ignasi ha tenido la suerte de ver crecer una empresa como uno de los primeros empleados y a la vez su propio proyecto, Cubbo. Una plataforma de fulfillment para que cualquier ecommerce pueda acceder al mercado latinoamericano con éxito.
El principal problema de crecer, es que llega un momento en el que uno no es suficiente para afrontar todo el trabajo que tiene y necesita de nuevas manos para delegar trabajos dentro de la compañía. Percibes tu posición como un freno al progreso y decides incorporar manos. Pero incorporas inexorablemente nuevas tareas de gestión.
Dicen las voces experimentadas que crear un equipo es de las tareas más complicadas que existen. Recientemente leía un artículo que trataba de analizar la creencia generalizada de los VC de invertir en equipos y no tanto en mercados. Interesantes comentarios de Jesús Monleón y otros habituales del ecosistema.
¿Qué fallos son los habituales en startups jóvenes con ganas de crecer?
Gestión del EGO. El problema del ego es un problema de encaje y liderazgo. Los problemas vienen cuando contratas una persona senior a la que se le espera un rendimiento, unas habilidades y un liderazgo. Esperas que esa persona sea lo más autónoma posible. Crees contratar aptitud y esperas actitud. Luego, la vida te da sorpresas. El linkedin dice una cosa y cada persona es un mundo y el contexto puede generar comportamientos muy diferentes. Terminas con decepciones y/o lloros.
Todo esto ocurre por que piensas que ha llegado el momento de empezar a contratar gente senior de fuera, y la verdad es que no, todavía no es tiempo de escalar. Todavía no tienes la formula para ello, y estos hires lo único que hacen es ralentizarte más.
Es crítico que en las entrevistas se identifique perfectamente el encaje del candidato y la cultura de la compañía. Los perfiles senior de gran consultora, suelen ser muy buenos ejecutando playbooks. Y a priori, parecen mucho más competentes que otros candidatos. La seguridad que transmiten aplasta cualquier atisvo de duda frente a su persona, su conocimiento adquirido por el tiempo y (seguramente) un buen máster de escuela privada. Pero lo que una startup necesita en sus fases iniciales, es alguien capaz de escribir ese playbook. Ahí es cuando muchos “seniors” pinchan, no cumplen con las expectativas iniciales y los egos aparecen.
En toda startup, el proceso siempre está en duda. Siempre es mejorable. Nunca es definitivo. E incluso el mismo playbook puede funcionar en un país y en otro no, como dice Ignasi. El reto es conseguir la confianza, la transparencia y la libertad con el equipo para que compartan cuando las cosas van bien, y sobre todo, cuando las cosas son mejorables.
¿Qué ocurre con el producto en empresas que están creciendo rápido? ¿Cómo mantienes el rumbo de producto con todo lo que dicen los clientes y lo que crees que debes hacer?
Es una decisión muy difícil. Cuando empiezas siempre hay una balanza entre hacer lo que un cliente te pide y desviarte de tu rumbo por un pequeño tesoro, o seguir a fe ciega en busca de la isla del TESORO con el riesgo de no tener provisiones suficientes.
El secreto es tener muy clara la visión y la misión de la compañía. La misión de Cubbo es ayudar a las empresas a escalar la logística online en LATAM. Lo siguiente es el foco. Hacer una cosa muy bien hecha. En el caso de Cubbo, los players del sector en LATAM no estaban preparados para el ecommerce. Estaban diseñados para dar servicio a los grandes retailers. Entraban pallets en sus almacenes y salían pallets. No había especialistas en ecommerce. Eso generó una gran oportunidad y la pandemia simplemente aceleró el proceso.
El segundo secreto está en focalizar tus esfuerzos en el core business de la compañía. Desarrollar únicamente funcionalidades que aporten valor al core. Parece obvio, pero todos somos como Abú, el mono de Aladdin, con el rubí gigante en la cueva mágica. Nos quedamos maravillados por las cosas nuevas que brillan. (Hola sesgo ilusión! 👋🏼). En definitiva, buscar problemas que apliquen a todos los clientes. Cosa bien difícil, a menos que tengas un perfil de cliente extramadamente verticalizado, lo conozcas en gran profundidad, y pese a todo, siempre te sorprenderán con sus necesidades personales.
Por último, quería que reflexionemos sobre ¿Cómo se está ahí arriba?
Ser un C-Algo significa que no hay nadie más por encima tuyo. Tu tomas las últimas decisiones. Las difíciles. Por que las fáciles, ya se han preocupado más abajo de solucionarlas.
Tu día a día es una montaña rusa. Un día estás arriba, al siguiente abajo. En una startup, toda información, buena o mala puede afectar de forma significativa el estado de emoción de la compañía.
Es lo más parecido al deporte de élite. 3 partidos malos y el equipo se ve en 2ª. Tres partidos buenos y te ves en la champions league.
Lo que hace verdaderamente a los jugadores ser de élite es su capacidad mental para sobrellevar esas situaciones adversas. Me gusta hablar del bueno de Rafa Nadal. Es un buen ejemplo de cómo cada pelota es un partido nuevo. No importa las anteriores. Para ganar el partido tengo que ganar esta. Mientras el juez me deje seguir jugando hay partido. Ya hablé de temas relacionados en el artículo de Toma de decisiones para niños y no tan niños (ah y leones).
Como consejo que nos da Ignasi para terminar. Ni cuando todo va bien somos los mejores del mundo, ni cuando las cosas pintan feas somos lo peor. Sobre todo, cuando estés en ese pozo, busca una pequeña victoria que te haga cambiar el pensamiento general y verás cómo todo mejora.
Gracias a Ignasi por esta conversación digerida de pensamientos conjuntamente inconexos.
Espero que pueda serte útil!
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La sociedad distraída™: Dopamina, vendehilos y éxito instantáneo.
Si jugas al futbol, tienes más de 16 años y no estás jugando en 1ª. HAS FRACASADO. No sigas, de verdad, no sigas leyendo. Sigue distraído revisando tiktok. De verdad, esto no es para ti.
Creo que el mejor adjetivo que define esta generación es “La sociedad distraída”. No les culpo, la cantidad de cambios en la sociedad, la velocidad con lo que se mueve absolutamente todo hace que sea imposible concentrarse en nada en concreto y tengamos a una generación totalmente perdida, sin referentes, distraída.
Todo se mueve delante de sus ojos como un niño de 3 años frente una tragaperras, hipnotizado, sin capacidad de darle al botón de parar y ver qué premio hay. Oh, sorpresa, la máquina está trucada para que no dejes de jugar.
Si además sumamos una limitación biológica como humanos, por aquello de haber salido de la jungla hace media hora, agraviado por una sociedad que ha conseguido desarrollar procesos que dominan los mecanismos de generación de recompensa inmediata de nuestro cuerpo (Hello sugar!) y los chutes de dopamina constante (Notificaciones Mode On), tenemos un cocktail perfecto para irnos a la mierda como sociedad si no tenemos la cabeza medio bien amueblada y somos capaces de entender cuando nos están manipulando y desconectar.
Juegan con nosotros como marionetas y ni nos damos cuenta. Estamos (me incluyo) todo el día con el dedo haciendo scroll totalmente hipnotizados, y cuando tratamos de mirar por encima de la pantalla, nos bombardean un cañón polarizante que no nos permite salir de la linea argumental. Derecha o izquierda. No importa. Pero jamás en el centro poniendo en duda nada. Conmigo o contra mi. No lo pongas jamás en duda.
Pero señores, no todo es malo. En una sociedad distraída aquellos que se esfuercen, más que la media (que no es mucho), conseguirán una mayor recompensa. Educar en el esfuerzo, la motivación y el foco supondrá una ventaja competitiva sin lugar a dudas en un futuro hipercambiante e hiperdopaminado por la recompensa inmediata.
Nuestra sociedad del “everything-fast” hace creer a la gente que Todo™ es inmediato. Placer instantáneo (Hello Porn!), éxito de la noche a la mañana (Hello Youtubers!), incluso el amor (Hello Tinder!). Hasta los “““referentes””” de nuestros días los futbolistas (🤣) pasan al primer equipo con poco más de 16 años (Hello Messi!).
El crecimiento exponencial, el éxito de la noche a la mañana nunca es real. Esas personas llevan años trabajando y pasan de 0 a 1M€ en 45 minutos. Perdón, llevan 5 años creando comunidad, entregando valor y lo recogen en 45 minutos cuando han encontrado lo que realmente la comunidad buscaba. Eso no es éxito instantáneo. Igual que Messi no llevaba 3 meses jugando a futbol, sólo 12/16 años de su vida.
Mi pregunta es: Si no crecemos a dobles dígitos semanales (Hello VCs!), si tenemos 21 y no hemos llegado al primer equipo del Barça o Madrid, si tenemos 25 y aun no hemos encontrado el amor de nuestra vida, o si llevamos 3 años con la startup y aun seguimos perdiendo dinero ¿Somos unos fracasados?
La sociedad nos empuja a tener éxito (rápido) o fracasar estrepitosamente y morir en la más absoluta indigencia. Aprender es de cobardes. Hazte funcionario bro y a pegar sellos con la lengua.
Unas veces se gana y otras se aprende
El valor de la paciencia se ha perdido. El valor la maestría está infravalorado. El trabajo bien hecho requiere tiempo. Xavier Marcet, en un artículo que conservo hablaba sobre la fatiga al cambio en las organizaciones. Va todo tan rápido, que no dejamos tiempo para digerir.
Otro ejemplo que recuerdo perfectamente del profesor Ken Morse, decía que una empresa necesita de 8 a 10 años para consolidarse y alcanzar el “World TOTAL Domination”.
Se habla muy poco de lo que realmente cuestan las cosas. Y eso genera frustración. Hace poco escribía sobre la frustración en la expectativa de los clientes al recibir su paquete en la última milla. La gestión de esa expectativa es clave para generar una buena percepción del servicio. Gestionar cuándo tardará en llegar tu paquete es clave para el éxito del servicio.
De la misma forma, nuestra sociedad necesita gestionar la irreal expectativa de que todo es rápido. Un antiguo jefe me contó una vez que un amigo suyo abandonó absolutamente todo lo relacionado con su negocio para dedicarse a la jardinería. Por una simple razón: Nadie te pide que un árbol crezca para ayer.
Esto es lo que pasa cuando no gestionas correctamente las expectativas.
Nada es lo que parece. La épica y la apariencia de que el éxito puede alcanzarse de la noche a la mañana es un engañabobos de nuestra época. Épica reforzada por aquellos que quieren generar ese aura de “los elegidos” que les hace ser especiales. “He tocado la verdad”. Sígueme, cómprame!
No existen recetas mágicas para el éxito instantáneo. Aunque las hubiera, cuando te llegasen ya estarían tan explotadas que perderían toda utilidad. No eres tan especial. No hay incentivo para compartir la receta de los huevos de oro. Estoy harto de ver en twitter hilos infinitos de cómo pasar de 0 a un gritón de seguidores en pocos días. No funciona, pero la gente sigue insistiendo y sigue mirando. Ahora es el momento de ChatGPT y los megahilos de como llegar a 2 gritones de seguidores de forma automática (🤣).
Todo requiere esfuerzo. Dedicación y compromiso. Con tu negocio van a ser al menos 10 años si todo va bien. Pensar, reflexionar y sobre todo dar el sentido que tienen las cosas es la clave de nuestros días para separar el grano de la paja. Dejar de formar parte de esa sociedad distraída y poder tener un criterio propio. Seguramente gris entre esa franja blanca y negra, siempre en movimiento. Ser flexibles, adaptarse al medio y entender el contexto en el que vivimos para poder pensar en el siguiente paso.
Deja de leer, saca una libreta y empieza a pensar. Si quieres compartir tus pensamientos. ¡Estaré encantado de discutirlos!
PD: Substack y Twitter están en guerra. Ya no funciona eso de poder incrustar de forma bonita y elegante un tweet aquí. Una lástima, pero supongo a tito Musk no le mola que le hagan la competencia con Notes (fusilada bárbara), y menos después de gastarse 44.000 kilazos en esa jaula de grillos con un alto potencial, pero de difícil captura de valor. Ambos perderán. Una lástima.
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Historias de emprendedores: Alejandro Wonenburger & PlantOnDemand
Todo emprendedor tiene una historia, pero hay historias que valen la pena compartir. La historia de Alejandro no empieza con él, sino con alguien extraordinario de nuestra época, su abuela.
Por un día, El artículo de hoy no va de mi (ni mis ideas locas), sino va de un emprendedor que por casualidades de la vida he tenido la suerte de que se cruzasen nuestros caminos y poder trabajar juntos. Hoy prometo no hablar de mi libro ni cómo ayudamos a optimizar las entregas de pequeños productores con los que trabaja Alejandro Wonenburger. Para eso ya tengo otro lugar. Hoy vengo a hablar de la historia de Alejandro y como llegó a emprender PlantOnDemand.
Su historia viene de lejos. Cómo toda familia, los abuelos suelen marcar de alguna forma (para bien, para mal, o las dos, como siempre, depende como mires la realidad). En este caso y su tía abuela fue la que me llamó la atención para querer saber más y terminar escribiendo estas lineas.
María Wonenburger Planells (Alias Murito y tía-abuela de Alejandro) fue una reputada profesora de matemáticas en la universidad de Yale, Estados Unidos, siendo la primera mujer española en recibir una beca Fulbright. De su trabajo se inspiraron importantes avances en el ámbito de las matemáticas y sólo 30 años más tarde (léase la ironía) empezaron a reconocerse sus logros en nuestro querido e ilustre país.
Esta historia empieza con su muerte, un 14 de junio de 2014. Perdón, todo empieza mucho antes. Y es que Alejandro (nuestro protagonista) no vivió en Galicia con el resto de su pequeña familia, sino en las costas Malagueñas donde su madre decidió mudarse y visitar a la familia Gallega algunas veces al año.
Tanto Murito como la abuela de Alejandro eran dos personas en las que nunca encajaron en la sociedad que les tocó vivir. La vida de aquellas mujeres no fue fácil. En plena post-guerra, la única función de las mujeres de aquella sociedad era la de satisfacer al marido, cuidar la casa y procurar por la familia. Una mujer emprendedora en aquella época era casi una utopía. Y los palos de la vida terminan curtiendo, dando forma al carácter.
En aquella época aprender idiomas era muy difícil y la única forma que encontraron aquellas mujeres fue perseguir a los marineros ingleses por toda la ciudad intentando aprender su idioma. De esa forma, quizás algún día poder salir del país y defenderse en un entorno hostil. Ser diferente te obliga a ir por caminos difíciles y eso termina moldeando la forma de hacer. La resiliencia de nuestros abuelos pasando una guerra no es comparable con las nuevas generaciones. Donde un comentario mal escrito puede generar el peor de los viajes.
La abuela de Alejandro decidió quedarse en Galicía y montar un hotel, Murito decidió ir a un lugar donde encajara más para poder profundizar en su gran pasión: Las matemáticas.
Alejandro cuenta que su familia siempre se ha caracterizado por ser humilde y accesible. Recuerda que su abuela siempre invitaba a los familiares de los empleados del hotel a pasar juntos unos días y disfrutar de aquel bonito lugar. Para que luego digan que los retiros con empleados es cosa de modernos. Galicia años 60 (chúpate esa Silicon Valley 😉).
Pero los padres de Alejandro salieron hippies. Alejandro relata que se sentía diferente constantemente, y no entendía por qué sus padres no podían ponerse un simple bañador (y no ir con todo colgando…) cuando venían sus amigos en la playa. Supongo que eso de ser diferentes venía de familia, cada uno con su estilo…
Pero como adelantaba, esta historia realmente empieza con la muerte de Murito. Como profesora en Estados Unidos y con poco interés más allá de la ciencia (junto con pocos o ningún vicio), Murito había amansado un pequeño rinconcito que terminó invirtiendo en algunas acciones del IBEX35. A su muerte había un rinconcito en flamantes acciones del santander (👋🏼 Sra. Botín). Con su muerte, llegó la herencia y Alejandro no supo qué hacer. Era joven, 19 añitos, de Erasmus en Finlandia, y con dinero fresco para salir de fiesta, cuando antes sólo tenía para hacer pizzas en casa. Tomó la mejor decisión, dejarlo donde estaba y no tocarlo. No dejar que ese dinero le cambiase ni alterara sus valores o su forma de hacer.
Difícil, pero imagino que en los momentos complicados es cuando realmente uno saca todo el aprendizaje que lleva dentro. Como él mismo me decía, “Cada día soy más rico, por que cada día necesito menos para ser feliz”.
Alejandro se ha pasado el juego del capitalismo. A mi también me ocurre lo mismo. Hay pocas cosas, sino ninguna que me apetezca tener, más allá del tiempo. Excepto el Porche Carrera Turbo del 92’, aunque creo que el juguete me daría un par un día de felicidad y años preocupaciones. Por lo que cada día deseo menos cosas materiales y más inmateriales, experiencias. Esas experiencias me las podré llevar, un iPhone 54, no. (Tutankhamun, aprende bro, no te hacía falta tanta reliquia 😅)
Unos años más tarde, algo en Alejandro cambió. Había llegado el momento de tomar una carrera profesional. Cómo decía el gran artista Pepe Rubianes, “El trabajo dignifica”, aunque lo que venía después, me genera sentimientos encontrados.
La pregunta que se hacía Alejandro, es una de esas preguntas trascendentales que uno se hace en algún momento:
¿Qué quiero hacer con mi vida?
Tenía la suerte de haber estudiado, visto mundo y haber trabajado de lo que tocara para sobrevivir (fregando platos, limpiando bicis, …). Pero ahora tenía que tomar una decisión trascendental en su vida y se sentía con energía. Tenía el vaso lleno de experiencias y el impulso de llevar toda energía para llenar los vasos de otros.
Se preguntaba:
¿Qué hacer en la vida cuando ya tienes todo lo que necesitas?
Maslow nos dejó claros las capas, y fueron años después que le pusimos forma de pirámide para entender que necesitábamos una base donde sustentarnos para poder dedicarnos a otras cosas más espirituales.
Es natural que los mecenas sean personas que tengan sus necesidades cubiertas y decidan dedicar parte de su patrimonio y tiempo para que otras personas puedan desarrollarse. (De cierta forma, este blog es un ejemplo de mecenazgo low-cost). El que da cuando no tiene, ese sí que es el verdadero santo, o inepto, por que quizás debería crecer más para poder ayudar a más personas, pero eso quizás nunca lo sepa. ¿Qué importa? La luz llega cuando llega y de la forma de onda que quiere…
Al final, la decisión estaba clara:
Quería aportar valor a la sociedad.
Y aquí es cuando empieza a pensar las formas de poder ayudar a la sociedad. Vino el “despertar”, ese disparador para hacer cosas. Para aportar valor necesitas recursos y la herencia de Murito era ese regalo divino que merecía tener una utilidad más allá de una gran fiesta. Cómo dice BJ Fog en Tiny Habits, necesitas un motivo y un disparador para crear un habito. Una empresa no se crea en un apretón de motivación. Requiere de disciplina, esfuerzo y pequeños pasos que acerquen a esa visión. Sólo con voluntad, no llegarás muy lejos.
El dinero genera una gran responsabilidad. Gestionarlo incorrectamente, puede generar tanta frustración que nuble toda satisfacción anterior. (¿Cuántos ganadores de la lotería son más infelices después de ganar que antes?) Me dejo pendiente escribir en algún momento sobre el dinero y su relación con las personas así como según tu cultura y relaciones afecta su relación.
A Alejandro el dinero le quemaba en las manos. Tenía la urgencia de hacer algo con él. Supongo que por qué cuando recibió la herencia, tenía 150K€ y gracias al Santander, su despertar fue cuantitativamente menos alegre al ver una rebaja del 50% del valor de su capital inicial. Hippie, pero no gilipollas.
Pensó en diferentes opciones: ¿Donarlo a una ONG? ¿Compartirlo con gente cercana? Hacerse mecenas era el camino. Fácil. Hasta que Tío Gilito le iluminó el camino .
Vivimos en un mundo capitalista, donde las personas trabajan conjuntamente para lograr unos objetivos, en forma de EMPRESAS. Vaya sorpresa se han de llevar los antisistema al enterarse que la forma más sencilla de generar riqueza para la sociedad es mediante una empresa. Montar una empresa no tiene por qué estar reñido con tener unos valores fuertes, tratar bien a tus empleados o ser consecuente uno mismo. Incluso, ganar dinero. Simplemente, es la forma más sencilla, rápida y eficiente de ponerse de acuerdo en algo.
Alejandro estaba en un momento que tenía mucha curiosidad por temas de neurociencia, pero ni él ni ninguno de sus amigos tenía ni la más remota idea de qué poder aportar ahí. Quería encontrar una forma de poder estimular el cerebro y reproducir la sensación de paz y amor que sentía mediante tecnología, pero vio que le faltaban elementos críticos para alcanzar esa visión y seguramente alguna que otra ley… Pero ese viaje le ayudó a conectar otros puntos.
En su pasado de buen estudiante, realizó un trabajo (fuera de lo habitual, para variar…) sobre cómo las pequeñas empresas y productores locales con cadenas cortas de distribución tenían dificultades para acceder al mercado y cómo se las podía ayudar para ganar competitividad. Su conclusión es que esos pequeños agricultores están jodidos para competir con las grandes superficies.
De ese estudio y sus largas conversaciones con un buen amigo Antonio Tripiana, les hace conectar en una visión conjunta de futuro. El coche autónomo será la el encargado de ir a recolectar las lechugas a un pequeño productor unas calles más abajo de la oficina en el centro de la ciudad mientras estás en el trabajo (🤣 me moría de la risa con esa visión happy 🌹, hippie… si ya lo había dicho desde un buen principio…)
Esa visión se fundamenta en algo básico (ya lo decía Maslow). Comer. Todos tenemos que hacerlo, idealmente varias veces al día. De ahí salió una deducción obvia y sin fisuras (CVD, dixit profesor de Q0, FIB). A medida que fueron pensando, investigando un poco más, se percataron de que esa visión quizás no terminaba de ser muy realista, pero al menos generaba un marco de conceptualización en el que empezar a trabajar para acercarse a esa visión.
La conclusión fue que los productores no tenían herramientas (y la mayoría siguen sin tenerlas). El consumidor no está concienciado. (tampoco se le espera)
5 años más tarde, PlantOnDemand está ayudando a esos pequeños agricultores a ahorrar tiempo, mejorar sus ventas y a agruparse para tener más fuerza en las cadenas tradicionales de distribución. Al igual que en la tecnología, distribution is King. En un mercado con máxima competitividad con productos comoditizados, quien gana es el cartero que controla el canal y decide qué, cómo y cuándo quiere entregar. Por contra, el fabricante de cartas que se verá obligado a vender lo que el cartero quiera o esté dispuesto a entregar. A menos que el fabricante decida vender las cartas directamente a sus clientes…
Cómo conclusión, cuando empiezas un viaje así, tienes una intuición que genera una visión superficial del problema y su solución (o ni eso). A medida que investigas y navegas sobre ese problema, vas profundizando hasta perfilar una propuesta de valor, una solución a ese problema. Cuándo alguien decide pagar es en ese momento en el que la sociedad gana generándose valor.
Quizás la fábula de los panes y los peces era simplemente la forma más sencilla de explicar el capitalismo a las gentes de esa época por parte de los antiguos astronautas (🤣)
La herencia de Murito generó en su sobrino una oportunidad. Esa oportunidad ha ido generando nuevas oportunidades que se han abierto, a la vez que ha permitido generar riqueza y bienestar para sus trabajadores. Tenemos la suerte de que vivimos en una sociedad que empieza a tolerar a las personas que son diferentes. Murito no tuvo la misma suerte. Pero la tolerancia que aparentemente vivimos, nos está llevando a una vida de superficialidad y imagen perfecta.
Cuesta ver a la gente por dentro. No queremos mostrarnos al mundo tal y como somos por que quizás no encajamos. No encajar con 15 años, puede ser muy duro y marcar de por vida. Encontrar esos espacios de apertura son clave para forjar el carácter de las personas. Sobre todo cuando se es joven.
Ser genuino es habitualmente incómodo para la sociedad y desgraciadamente estamos programados para vivir en sociedad. Escuchaba a uno de los 3 cisnes negros decir que recomendaba a su hijo que para triunfar en el juego de las relaciones sociales en el contexto actual debía pasar desapercibido por el grupo sin generar mayores controversias, pero replantearse todas y cada una de las acciones del grupo y tener espíritu muy crítico para valorar si merecía la pena seguir formando parte de ese grupo.
Ser emprendedor, en cierta medida, es ser un rebelde. Nuestra sociedad no valora ir en contra del Zeitgeist, equivócate y vivirás la más profunda humillación (YA TE LO DECÍA YO). Si triunfas, encontrarás envidia y murmullos de “menuda suerte”. Ser geniuno tiene sus riesgos. Afronta y convive con el riesgo. Para mi, es más arriesgado (y aburrido) vivir en la más auténtica apatía y normalidad. Como emprendedores vivimos constantemente en ese incomodidad. ¿Seremos adictos a la adrenalina de no saber qué comer hoy?
El verdadero lujo de un emprendedor está permitirse decir no, a un cliente, cuando uno no se lo puede permitir pero tener la convicción de pensar en el bien de la empresa a largo plazo y ser genuino con esa visión y uno mismo.
Busquemos esos triggers, busquemos la luz, llenemos los vasos de los otros con nuestras experiencias. Emprender mola. Emprender es muy duro. No es trabajo para casi ninguno. Pero esta experiencia no la cambio por nada en el mundo.
Alejandro, estás marcando el camino. Gracias por compartir tu experiencia. This is the way.
PD: Si tienes una historia interesante que contar, hablemos 😉